Cada vez con mayor frecuencia, ransomware, phishing y otras tantas ciberamenazas circulan por la red en busca de la víctima perfecta. Como especialistas en seguridad informática en Pymes, nuestra principal misión es concienciar a las empresas de la importancia de disponer de un sistema de protección efectivo para evitar ataques cibernéticos que puedan minar la imagen de una compañía o sustraer datos o información confidencial provocando enormes pérdidas económicas.
Las pequeñas y medianas empresas, Pymes son blanco fácil para los ciberdelicuentes porque en muchos casos no destinan los suficientes recursos para la seguridad digital ni tampoco han implementado protocolos de acción o planes estratégicos adecuados contra las amenazas en la red. Alojan su web en un servidor, almacenan sus datos en la nube o realizan transacciones económicas de forma telemática sin ser totalmente conscientes de las amenazas a las que se exponen, o limitándose a detectarlas cuando ya se han producido. Por eso hoy vamos a hablarte de las principales razones por las que deberías plantearte invertir en prevención de ciberataques en tu empresa y empezar a poner a salvo lo que más te importa antes de que sea demasiado tarde.
Evitar pérdidas económicas y de negocio
Una de las principales razones por las que una inversión en seguridad informática en Pymes debería basarse en las medidas preventivas, es evitar graves consecuencias económicas que pueden derivar de un ciberataque. Generalmente cuando un equipo o un sistema informático ya ha sido vulnerado no solo tenemos que enfrentarnos a unas restricciones de usabilidad y de gestión, sino que debemos asumir que el tiempo que lleva solucionar los daños y recuperar la información puede ser prolongado y supondría, además de costes muy elevados, detener el ritmo de la producción y de un proyecto durante meses, frenar la estrategia global y, en definitiva un nivel de pérdidas demasiado elevado para una Pyme que dispone de recursos justos para afrontar el día a día.
Frente a este tipo de ataques debemos contratar a una empresa especialista de software para la reparación, asumir el coste del talento humano parado mientras se solucionan los daños sufridos, remplazar el importe económico defraudado y enfrentarnos a los costes de una posible reclamación legal por filtración o pérdida de datos de clientes y proveedores.
Sin embargo, si implementamos un sistema de seguridad que impida que los ciberdelicuentes cumplan con sus objetivos, los costes en mantenimiento preventivo son mucho menores y, aunque supongan un esfuerzo por parte de nuestra empresa para mantener siempre actualizados los equipos y sistemas de protección, ahorran graves pérdidas económicas.
Proteger la información de ataques cada vez más sofisticados
Otra razón muy importante para invertir en prevención es evitar la filtración y el secuestro de datos que supondrían un perjuicio mucho mayor que el económico, pues a veces es muy difícil recuperar toda la información comprometida. Prescindir de documentos clasificados, bases de datos, documentos técnicos y ficheros y archivos muy importantes puede ser un daño irreversible para la empresa.
Los ciberataques actuales son cada vez más sofisticados y frecuentes, incluyen ligeras variaciones que les permiten aprovechar las debilidades de los sistemas operantes, se basan en procesos automatizados y son capaces de llegar a más victimas y con mayor éxito.
El Ransomware, por ejemplo, es una de las amenazas de ciberseguridad más recurrentes y con más daños para las empresas, ya que está basada en el secuestro y el bloqueo de acceso a todos los datos almacenados en un sistema a través de un software malicioso y en la extorsión para obtener el rescate de la información e impedir que esta sea expuesta públicamente. Actualmente, este tipo de malware ha evolucionado tanto que se inserta en pequeñas líneas de código dentro de las macros de documentos adjuntos, lo que posibilita su descarga de forma casi imperceptible. Por lo tanto, las tradicionales soluciones antimalware ya no son adecuadas para detectarlos a tiempo y es necesario contar con una estrategia de prevención y montar barreras de protección mucho más complejas.
Por otro lado el Phishing, una amenaza que se basa en el envío de correos electrónicos maliciosos para obtener información confidencial y valiosa de quienes los reciben, está aumentando drásticamente debido a las herramientas de automatización que permiten enviar a la vez miles de correos electrónicos detallados y aún más creíbles con contenido personalizado para cada víctima. Esto los hace más difíciles de identificar y con una mayor tasa de éxito e implica que sea cada vez más importante contar con las medidas de prevención necesarias y actualizadas, establecer una política sobre el uso de redes sociales y aplicaciones en la empresa y entrenar al personal con las mejores prácticas de seguridad.
Proteger la reputación y la responsabilidad ante terceros
El impacto de un ciberataque, además de los daños y pérdidas que pueden suponer para nuestra actividad, también afecta directamente a nuestra reputación como empresa y a nuestra relación con terceros. Tarde o temprano deberemos comunicar a nuestros clientes que no podemos avanzar al ritmo adecuado porque estamos destinando parte de nuestros recursos a resolver un problema de seguridad informática. Esto, además de retrasarnos en la entrega de proyectos, productos y servicios, con las consecuentes pérdidas económicas, generará una sensación de desconfianza en los clientes que sabrán que somos vulnerables y que también pueden serlo ellos. Podemos por lo tanto llegar a perderlos en nuestra cartera y tener complicaciones a la hora de conseguir nuevos, ya que necesitaremos un tiempo para recuperar nuestra reputación en el mercado.
Además, si nuestra empresa sufre un ataque informático, los daños a proveedores o clientes no solo se manifiestan con el incumplimiento de obligaciones y compromisos debido a dificultades para recuperar el ritmo normal de producción, sino que pueden suponer que información sensible de cuyo tratamiento somos titulares y responsables, pueda verse comprometida y utilizada en perjuicio de terceras personas.
Como ves, las Pymes al igual que las grandes compañías, tienen que invertir más en la implementación de sistemas más robustos para prevenir los ataques, ya que en la mayoría de casos su detección no es suficiente para protegerse y los daños, una vez producidos, pueden llegar a ser irreversibles, tardar meses o años en solucionarse y comprometer la reputación y productividad de tu empresa.
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